Hola Sofía. Yo tengo un problema con el peso (no soy obesa) pero sí tengo muchos kilos demás. Siento que es debido a la cantidad de azúcar que consumo. Para mi el dulce es esencial, tanto que preferiría cambiar una comida por dulce. Y cuando siento ansiedad, preocupación, miedo, miedo angustia lo busco mucho más y termino peor por el remordimiento. Me cuesta mucho mirarme al espejo. Siento que no me respeto ni me amo como soy, y eso también me lleva a tener inseguridades en todos los aspectos. Sobretodo a la hora de tomar decisiones. Prefiero quedarme en la zona de confort a arriesgarme (así sea algo que quiero) Me siento sola, no tengo a nadie con quien pueda desahogarme y termino ahogada de guardarme todo. Creo que esto me ha preocupado más desde que nació mi hija porque lo que más quería en el mundo es ser mamá y no quiero entregarle la peor versión de mi o peor crearle traumas que después ella tenga que afrontar. Gracias de antemano por cualquier consejo que puedas darme.
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Ahogando penas en el dulce.
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Hola Calis! Gracias por abrirnos tu corazón. Vamos por partes, Voy a empezar por el autoestima, la inseguridad que sientes hasta para tomar decisiones y salirte de tu zona de confort probablemente viene desde tu infancia. Hay que revisar qué pasó que te hizo sentir que no eras suficiente para hacer algo o que tú opinión no importaba. A veces muchos padres descalifican la opinión e individualidad de los hijos sin darse cuenta así que tienes que checar ¿cuándo empezaste a creer que no podrías lograr lo que te propones? O ¿quién te hizo creer que no eras suficiente para lograr algo? Cuando te leo, percibo que el cuerpo es el depósito de muchas cosas que han ocurrido en tu infancia, el peso de más en nuestro cuerpo puede estar asociado a cargar cosas que no son nuestras o a heridas no procesadas que están inflamadas y por ende, también inflaman nuestro cuerpo. Cuando no estamos bien por dentro, el cuerpo fácilmente puede convertirse en el objeto dónde deposito mis malestares, entonces le doy de comer cosas que no lo nutren, lo castigo sentado en un rincón, le hablo feo, lo avergüenzo, lo rechazo, etc… Así que yo me iría a ver primero qué pasó en esa infancia que me hizo tener esta relación conmigo misma y después pasaría a ver lo del cuerpo. Con respecto al azúcar, no sé qué te vaya a responder Laura, pero a mi me parece que estás en una adicción al azúcar. El azúcar nos ayuda a segregar dopamina, que es una hormona de satisfacción, la misma que se segrega después de tener algo que queríamos o también es la misma que se segrega cuando la gente se droga. Los estimuladores con recompensa inmediata y de fácil alcance nos hacen propensos a volvernos dependientes a ellos, otro ejemplo de esto pueden ser las redes sociales, así que el procedimiento es muy parecido a una desintoxicación. El azúcar ha actuado como antidepresivo en tu vida, probablemente lo estés usando solo para sentir una satisfacción momentánea y no para disfrutar de su sabor, y cómo toda sustancia adictiva, cada vez te va a pedir más, más y más y tú no vas a saber cómo parar. Así que a la par de tu trabajo personal para sanar tu infancia y la relación con tus padres que te descalificaron y te quitaron la capacidad de creer en ti, tendrías que empezar un plan de desintoxicación en el que puedas proponerte periodos cada vez más largos sin azúcar y sustituir ese tiempo libre de azúcar con actividades menos estipulantes , pero igual de agradables: leer, caminar, hablar con alguien, cocinar, etc Ojo, Carlis. Ninguno de los dos procesos es sencillo de hacer sola, así que te recomiendo mucho hacer un acompañamiento, piensa mucho en tu hija, imagina el ejemplo que quieres ser para ella, y piensa que sanarte a ti es darle el regalo de no cargar con tus temas no resueltos y ser ella misma. Lo que si veo claramente es qué hay un cuadro de ansiedad que creo que vino antes que el azúcar y el azúcar te está ayudando a “calmar”. La depresión y la ansiedad son lo mismo a nivel hormonal, solo que con manifestaciones distintas. Así que también promueve actividades que te ayuden a bajar el nivel de ansiedad: moverte, meditar, escuchar música relajante, hacer cosas que te gusten, respiraciones conscientes, yoga, aromaterapia, etc Me comentas que no tienes nadie con quién desahogarte, pero sinceramente, no creo que sea eso lo que necesites, creo que necesitas buscar un acompañamiento profesional no tanto para relajarte, sino para que puedas construir junto con el terapeuta la guía de ruta que te llevará al lugar dónde quieres estar. No sé de qué país seas, pero siempre hay opciones para comenzar, psicólogos de distintos precios, asociaciones, casas de la mujeres, facultades de psicología, terapias en línea, etc. Espero haberte ayudado, Carlis. Te mando un abrazo y de corazón deseo que puedas empezar a recorrer un camino hacia la sanación 🧡