La asertividad es una herramienta que nos ayuda a relacionarnos de una forma no-violenta. Últimamente se ha aplicado mucho a la comunicación, sin embargo esta teoría es mucho más amplia que eso. Veamos un poco más:
¿Cómo sé si mi relación es violenta o no-violenta?
- Observando la distribución del poder y cómo se utiliza el mismo.
- Observando qué tanta libertad hay en cada miembro de la relación.
- Observando la validez que tiene los sentimientos y pensamientos de las personas de la relación.
- Observando la gestión emocional de los miembros a la hora de expresarlos al otro.
- Observando el nivel de escucha de las necesidades de las partes.
- Observando la capacidad de escuchar activamente y responder de forma respetuosa.
- Observando cómo gestionan los espacios individuales y compartidos en la relación.
En las relaciones violentas una de las partes suele ejercer mayor poder, esto ocurre muchas veces de maneras sutiles como ser la persona que toma la mayoría de las decisiones, la que controla ciertos recursos o la que se suele imponer en la comunicación.
Asimismo, en una relación violenta observarás manipulaciones (de una o ambas partes). La comunicación será irrespetuosa, con interrupciones, poca o nula escucha y enfocada en culpabilizar al otro. En este tipo de relaciones se suele querer cambiar a la otra persona y convencerle de que lo uno piensa y siente es lo único verdadero. Aunado a esto, suele haber una constante invalidación de los sentimientos del otro y por ende, las necesidades de la contraparte son ignoradas.
En este tipo de relaciones también es común ver que una de las partes es pasiva, ya sea porque no suele comunicar lo que quiere, siente o necesita o ya sea porque su rol en las decisiones es mínimo.
Esto puede ocurrir en cualquier tipo de relación y muchas veces se ha justificado con modelos de jerarquías, como si las jerarquías tuvieran que ser violentas: madres-hijos, jefes-empleados, profesores-alumnos. Estos tipos de violencia se invisibilizan ya que son sutiles y pasivos, sin embargo están muy lejos de llegar a la asertividad.
Las relaciones asertivas priorizan la comunicación, hay espacio para el diálogo y la intención de escuchar activamente y llegar a acuerdos; las partes validan las emociones del otro y buscan la manera de solucionar la diferencia que los puede estar afectando. En este tipo de relaciones si se desea algo o se siente algo, se expresa de forma respetuosa en vez de imponer o manipular para que ocurra lo que se desea.
Cuando la relación es asertiva, veremos cómo las partes se sienten seguras y tomadas en cuenta en el vínculo.
Muchas personas se dan cuenta que estaban en una dinámica violenta con alguien y. quieren cambiarlo, es posible hacer esta transición con consciencia y paciencia. Es importante comunicarle a la contraparte que se ha dado cuenta de su actuar y que desea que juntos trabajen en generar una dinámica distinta.
Nosotros te podemos ayudar a hacer ese cambio. Elige uno de nuestros servicios.
Comments